Para facilitar su estudio, la literatura ha sido clasificada, tornando en cuenta sus características específicas, en tres géneros:
· Narrativo: agrupa aquellos textos en los que predomina la narración, es decir, el contar o el relatar sucesos y eventos que les ocurren a unos personajes en un tiempo y espacio (ambiente) cualquiera.
· Lirico: incluye los textos en los que el autor, a través de su yo poético, expresa sus emociones más íntimas, relacionadas con el amor, la tristeza, la muerte, la soledad y cualquier otro sentimiento que afecte al ser humano.
· Teatro: este género literario consta de dos partes: una escrita, que es el guión elaborado por el dramaturgo o autor, y otra “practica” que se refiere al montaje y puesta en escena del mismo. Para que el teatro sea teatro, es indispensable la presencia de ambos elementos.
Género narrativo
En el género narrativo se incluyen el cuento, la novela, el mito, la leyenda y la fabula, ya sea en verso o prosa. En todos estos textos, hay tres pilares fundamentales que son:
1. Los personajes: son los seres de tinta y papel creados por el escritor. Estos pueden que tengan un referente real, es decir, que estén basados en una persona que existe o existió en nuestro mundo o, por el contrario, pueden pertenecer a la imaginación y fantasía de su creador.
Los personajes son muy variados, van desde seres humanos, pasando por objetos y plantas, hasta animales de cualquier tipo o especie. Los personajes, cualquiera sea su naturaleza, se dividen en:
· Principales: son los que llevan todo el peso de la historia, razón por la cual son los más importantes.
· Secundarios: son los que tienen menor importancia en los acontecimientos que se desarrollan en la historia.
2. La secuencia: se refiere a cada uno de los eventos o acciones que ocurren en la historia y que la llevan hasta su final. Al igual que en los personajes, hay secuencias principales y secundarias.
En cuanto a las secuencias secundarias, una de ellas podría ser el justo momento en el que Caperucita se distrae y detiene en el camino para recoger flores.
3. El ambiente: por lo general está relacionado con el lugar (espacio físico) en donde ocurren las acciones ejecutadas por los personajes. Sin embargo, también debemos incluir, además del espacio físico el momento en el que transcurre la historia. En ambos casos, podemos encontrar lugares y tiempos indefinidos: “En un remoto bosque, hace mucho tiempo atrás…” o, por el contrario, claramente definidos, “Ocurrió en la Francia de 1725, cuando…”.
Los textos narrativos literarios
Ya al inicio nombramos los textos literarios que pertenecen al género narrativo. Ahora veamos cuáles son sus rasgos distintivos:
Cuento: Narración breve y bastante ágil, en la que intervienen pocos personajes. “El diente roto”, de Pedro Emilio Col.
Novela: Narración extensa en la que se intercalan diferentes historias y participan muchos personajes. “Doña Bárbara”, de Rómulo Gallegos; “Cien años de soledad”, de Gabriel García Márquez.
Leyenda: Narración que parte de un hecho real, pero que es complementada con elementos fantásticos. “La sayona” y “EI silbón”, relatos de tradición oral del folclore venezolano.
Mito: Historia que explica, sin ninguna base científica, el origen del mundo, de los animales, plantas e, incluso, del hombre y los dioses. “El cocuyo y la mora”, historia basada en un relato oral de la tribu pemón. A través de esta historia, los pemones explicaban dos eventos: por un lado, la renovación de una planta llamada por ellos “kararai” a partir del fuego, y por otro, la característica luz de los cocuyos (también llamados luciérnagas).
La fábula: es un texto narrativo literario caracterizado por la presencia de animales humanizados y cuyo objetivo es transmitir una enseñanza de carácter moral a los lectores. La importancia de la fábula radica en el hecho de que la enseñanza se desprende de la crítica que hacen los fabulistas a las conductas humanas de forma muy “disimulada”, pues en lugar de utilizar personas (las cuales pudieran ofenderse) emplean animales que simbolizan las virtudes y los defectos de los hombres. Son ejemplos de ello: el zorro (o la zorra) como la astucia, la hormiga como el trabajo, la serpiente como la maldad y los instintos y el león como la fuerza, el poder y el orgullo.

